">
Mis pequeñas letras de dragones son dedicadas con mucho mucho amor a ellos, los dragones que adopté el día que su padre y creador tuvo que marchar... viven en el imaginario mundo que hay en mi, y no permito que los grandes, ni el tiempo o alguna desventura intenten nunca acotarlo.
No pude disimular la sonrisa o la sinrisa al leer la primera vez esta historia en mi mente... ya no recuerdo muy bien.
Sucedió que aquel Dragón por fín, había volado alto ... todo lo alto que nadie jamás hubiera imaginado y aunque venía ensayando; nunca, nunca su dragona imaginó que al cruzar la nube escarlata no volvería a verlo regresar.
Ese día al principio, ella festejo la gran azaña y aquel buen comienzo con saltos y palmas de dragón, brincó en bailes y pequeños vuelos de dragón, luego esperó, esperó...
En vano esperó, por su Dragón y un regreso.
Un regreso que nunca jamás sucedió.
